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jueves, 27 de diciembre de 2012

CUARTA NOCHE SANTA 27 18 DIC R. STEINER











27-28 de Diciembre.

Purificar conscientemente el cuerpo astral (alma). La antipatía y la
simpatía se transforman en amor, en amor pleno, siempre en amor. Se
silencian la pasión y el deseo. La fuerza Chrística nos ilumina y fortalece
en la contienda con lo luciférico y ahrimánico para su metamorfosis.
Misterio: El trabajo personal conmigo mismo sirve al bien del todo y
todos. El arcángel Uriel nos coloca frente al espejo en el cual vemos como
somos Aries.

Rudolf Steiner

4ª Noche Santa

Rafael (Raffaello Sanzio, Rafael de Urbino) 45 Madonnas y otras obras.

lunes, 24 de diciembre de 2012

primera noche santa

NOCHES SANTAS (1) DICIEMBRE 24 25 RUDOLF STEINER


Diciembre 24-25-Capricornio





Esta noche Santa es la noche que Cristo ha nacido en el alma y el alma le pide: "Puede mi alma ser liberada, guardada, redimidos con todas mis debilidades y defectos y pasiones?"
Símbolo: El portal de Belén en la pobreza y la humildad en la que nacería la luz del mundo. La voz del silencio entra en el alma y enseña a afirmar con alegría el bien que se encuentra en nosotros mismos y en otros.
El alma busca el misterio en un bosque oscuro y sin rieles.
El espíritu divino nace en cuestión; el alfa y Omega toca y crea la vida.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Sobre la Profecía Maya, Michel Joseph


SOBRE LA PROFECIA MAYA DE MICHEL JOSEPH:


“Sobre la “profecía maya del 21 de Diciembre”: se trata del final del ciclo de 5000 años que corresponde a la espiritualización de las facultades, especialmente las que están relacionadas con el conocimiento y con el amor. Es interesante que Rudolf Steiner también habló del ciclo de 5000 años, “en relación con el pequeño kali yuga” o edad de la oscuridad de la Humanidad, que correspondía a la pérdida de la antigua clarividencia colectiva. Según Steiner quien se apoya en sus propias observaciones así como en las tradiciones presentes en la India y en Euroasia antiguas y medievales, este largo eclipse progresivo fue necesario para que pudiesen nacer las Nuevas Facultades del Pensamiento Individual Racional y de la Consciencia del Yo. Para él, esta edad de las tinieblas espirituales comenzó en el 3101 antes de JC., época donde las mitología hablan por ejemplo del “crepúsculo de los dioses” (Alemania y Escandinavia), también la muerte de Osiris y de Isis (Egipto). Por consecuencia esta Edad también se termina en 1899, luego de 5000 años de Maduración de las Nuevas Facultades.  A partir de esta fecha, el pensamiento claro y formado por el Alma Individual debe estar en capacidad de evolucionar para hacerse portador de la percepción puramente espiritual (o nueva clarividencia). En otros términos el Alma de Consciencia, facultad que desde el s. XV, nace a través del materialismo y el reencuentro de las fuerzas de muerte, se desarrolla en nosotros y alrededor de nosotros,  esta alma de consciencia puede llegar a ser la copa que reciba en ella el Yo Espiritual ( o Graal según la tradición Christica). Es por esto que Rudolf Steiner, despúes de haber escrito en 1893 su “Filosofía de la Libertad” la cual fundamenta teórica y prácticamente esta espiritualización del pensamiento y sus consecuencia para la acción (ética individual), comienza desde 1900 a dar la enseñanza de la Ciencia del Espíritu ( antroposofía) y desarrollas las aplicaciones prácticas en todos os dominios de la vida.  La cuestión que nos hacemos a partir de esto, es la siguiente ¿por qué, si es del mismo ciclo de 5000 años a lo que se refiere, por qué este “desplazamiento”  es de 113 años? Algunas respuestas se presentan:
1)     Es el mismo ciclo pero es posible que las diferencias geográficas, sicológicas, culturales entre la Euroasia y América sean el origen.
Por otra parte, 113 años no son una cantidad de años insignificantes frente a 5000 años?
2) La manera  como esta “profecía” se ha presentado nos ha llevado a pensar que hay una manipulación mental y espiritual gigantesca destinada a que los individuos promotores del miedo al fin del mundo o a la espera pasiva de intervenciones divinas como extraterrestres utilizan argumentos y lenguaje que, en realidad parecen regresar hacia estados de consciencia ya pasados.
3) Aquellos que están detrás de estas manipulaciones conocen una parte de las grandes verdades espirituales con las cuales ellos  atraen las masas para enceguecerles mejor y hacerlos instrumentos pasivos de su poderosa voluntad._ de ahí, por ejemplo el desplazamiento de 113 años, a fin de borrar  y negar toda la evolución de las nuevas facultades a partir de 1899.

4) Rudolf Steiner ha dicho muchas veces que no era necesario que todos se abrieran a la  Ciencia del Espíritu o a sus aplicaciones práctica sino “que un cierto número de seres humanos” debían poder penetrarse por ellos mismo antes que los efectos sobre toda la sociedad se hicieran sentir. Una suerte de “masa crítica” de alguna manera, de dinamización  tal como las que producen los puntos de acupuntura o los remedios homeopáticos.  Por otra parte, también señaló que la oscuridad del pasado y la influencia de las fuerzas adversas de más en más exaltadas  podrían ocultar durante aun de decenas de años la Nueva Luz.  113 años,  es algo cerca de 10 revoluciones  de Júpiter o 4 revoluciones de Saturno ( x 29,5 años)_ estas cifras cósmicas hablan por ellas mismas sobre el tiempo de maduración necesaria cuando las Nuevas Facultades aparecen ( por ejemplo, es el tiempo que ha  dado el inicio el cristianismo antes de comenzar a hacerse sentir su influencia en el Imperio Romano).

Conclusión: Vemos que esta “profecía”, si tiene algunas partes de verdad, saca consecuencias y consignas abusivas que pueden disponer del libre arbitrio,
el espíritu de iniciativa espiritual, la creatividad social. Es bien el mecanismo clásico de la manipulación (ver la revista Tournant 18/3).  De golpe, la posibilidad real que se  nos ofrece actualmente de entrar en una era más luminosa se convierta  verdaderamente en  un peligro de no poder ser percibida, por las reflexiones mecánicas del miedo, de la decepción, de la defensa múltiple por el clima de crisis  que introduce artificialmente estas manipulaciones mentales.

El problema real detrás de todo esto es el riesgo  que corre la humanidad de renunciar a ser creativos a nivel del conocimiento.  El miedo a la espera de la intervención de potencias divinas o sobre humanas lleven estas al vacío del alma y a la pasividad que aniquila el Yo.”

Michel Joseph
21 diciembre 2012



Michel Joseph
Sur la "prophétie maya du 21 décembre" : il y est souvent question de la fin d'un cycle de 5000 ans qui correspond à une spiritualisation des facultés, notamment de celles liées à la connaissance e à l'amour. Il est intéressant que Rudolf Steiner avait lui aussi parlé d'un cycle de 5000 ans, en l'occurence de celui du "petit kali yuga" ou âge sombre de l'humanité qui correspondait à la perte de l'ancienne clairvoyance collective. Selon Steiner qui s'appuie sur ses propres observations ainsi que sur des traditions présentes tant en Inde que dans l'Europe antique et médiévale, cette longue éclipse progressive était nécessaire pour que puissent naître les nouvelles facultés de pensée individuelle rationnelle et de conscience du Moi. Pour lui, cet âge de ténèbres spirituelles a commencé en 3101 avt J.-C., époque où les mythologies parlent par exemple du "crépuscule des dieux" (Germanie et Scandinavie) ou de la mort d'Osiris puis d'Isis (Egypte). Par conséquent cet Âge sombre se terminait en 1899, après 5000 ans de maturation des nouvelles facultés. A partir de cette date, la pensée claire et façonnée par l'âme individuelle doit être en mesure d'évoluer pour devenir porteuse de la perception purement spirituelle (ou nouvelle clairvoyance). En d'autres termes, l'âme de conscience, faculté qui, depuis le XVème siècle, naît à travers le matérialisme et la rencontre des forces de mort se développant en nous et autour de nous, cette âme de conscience peut devenir la coupe qui accueille en elle le Soi spirituel (ou Graal selon la tradition christique). C'est pour cela que Rudolf Steiner, après avoir écrit en 1893 sa "Philosophie de la Liberté" qui fonde théoriquement et pratiquement cette spiritualisation de la pensée et ses conséquence pour l'action (éthique individualiste), commence dès 1900 à donner un enseignement de Science de l'esprit (anthroposophie) et en développe les applications pratiques pour tous les domaines de la vie. La question qui se pose à partir de là est la suivante : pourquoi, si c'est du même cycle de 5000 ans qu'il est question, pourquoi ce décalage de 113 ans? Plusieurs réponses se présentent :
1) C'est bien le même cycle mais il est possible que les différences géographiques, psychologiques, culturelles entre entre l'Eurasie et l'Amérique, en soient à l'origine. D'ailleurs, 113 ans ne sont-ils pas quantité négligeable en face de 5000 ans ?
2) La manière dont cette "prophétie" nous est amenée laisse penser qu'il y a là une manipulation mentale et spirituelle gigantesque destinée à ce que les individus reviennent à des valeurs religieuses anciennes, à une plus grande obéissance. Les promoteurs de la peur de la fin du monde ou de l'attente passive d'interventions divines voire extraterrestres utilisent des arguments et un langage qui, en effet, semblent retourner vers des états de conscience révolus.
3) Ceux qui sont derrière ces manipulations connaissent une partie des grandes vérités spirituelles avec laquelle ils appâtent les foules pour mieux les aveugler et en faire des instruments passifs de leur volonté de puissance. Dans ces cas, on observe toujours une distorsion à un moment de ces vérités - d'où par exemple le décalage de 113 ans, afin de gommer et nier toute l'évolution des nouvelles facultés à partir de 1899.
4) Rudolf Steiner a souvent dit qu'il n'était pas nécessaire que tous s'ouvrent à la Science de l'esprit ou à ses applications pratiques mais "qu'un certain nombre d'humains" devaient pouvoir s'en pénétrer par eux-mêmes avant que les effets sur toute la société s'en fassent sentir. Une sorte de "masse critique" en quelque sorte, de dynamisation tout comme celle que produisent les points d'acuponcture ou les remèdes homéopathiques. Par ailleurs, il a souligné que l'ombre du passé et l'influence des forces adverses de plus en plus excitées risquaient de cacher pendant encore des dizaines d'années la nouvelle lumière. 113 ans, c'est à peu de choses près 10 révolutions de Jupiter ou 4 révolutions de Saturne (4 x 29, 5 ans) - ces chiffres cosmiques parlent d'eux mêmes sur le temps de maturation nécessaire lorsque de nouvelles facultés apparaissent ( par exemple, c'est le temps qu'a mis au début le christianisme avant de commencer à faire sentir son influence dans l'Empire romain).




Conclusion : on voit que cette "prophétie", si elle comporte bien des parts de vérité, en tire des conséquences et des consignes abusives qui risquent d'aliéner le libre arbitre, l'esprit d'initiative spirituelle, la créativité sociale. C'est bien le mécanisme classique de la manipulation (voir la revue Tournant 18/3). Du coup, la possibilité réelle qui s'offre actuellement d'entrer dans une ère plus lumineuse court vraiment un risque de ne plus être perçue, de par les réflexes mécaniques de peur, de déception, de défense multipliés par le climat de crise introduit tout aussi artificiellement que ces manipulations mentales.

CALENDARIO DEL ALMA AMBIENTE DE NAVIDAD


.

CALENDARIO DEL ALMA   “AMBIENTE DE LA NAVIDAD”
M TRIGÉSIMA OCTAVA SEMANA
DEL 22 al 28 diciembre

YO SIENTO QUE HA SIDO LIBERADO DEL ENCANTAMIENTO, EL HIJO ESPIRITUAL

EN EL SENO DE MI ALMA;

EN LA CLARIDAD DEL  CORAZÓN EL VERBO SANTO,  DE LOS  MUNDOS

HA HECHO MADURAR EL FRUTO CELESTE DE LA ESPERANZA,

CUYA ALEGRIA COLMA EL ESPACIO UNIVERSAL
ELEVANDO MI SER, QUE SE FUNDAMENTA EN DIOS.


RUDOLF STEINER


CALENDRIER DE L´AME  “AMBIANCE DE NOEL”

M TRENTE HUITIEME SEMAINE
22-28 DECEMBRE

JE SENS QU´EST DELILVRE DE SON ENCHANTEMENT,L´ENFANT SPIRITUEL

DANS LE SEIN DE MON AME;

DANS LA CLARTÉ DU COEUR LE VERBE SAINT, DES MONDES

A FAIT MURIR LE FRUIT CELESTE DE L´ESPOIR,

DONT L´ALLEGRESSE EMPLIT L´ESPACE UNIVERSEL

S´ELEVANT DE MON ETRE, QUI SE FONDE SUR DIEU.







RUDOLF  STEINER

sábado, 15 de diciembre de 2012

CALENDARIO DEL ALMA L TRIGESIMO SEPTIMA SEMANA DEL 15 al 21 diciembre





PORTAR EN LAS TINIEBLAS INVERNALES DE LOS MUNDOS,

LAS CLARIDADES DEL ESPIRITU

ES LA DICHOSA ASPIRACION DE MI CORAZON.

EL GERMEN LUMINOSO DEPOSITADO EN MI ALMA,

EN LO PROFUNDO DEL UNIVERSO SUMERGIRA SUS RAICES

Y EL VERBO DE DIOS, EN LA NOCHE DE MIS SENTIDOS,

TRANSFIGURANDO TODO LO QUE ES, RESONARA.



R. STEINER





CALENDRIER DE L´AME
L TRENTE SEPTIEME SEMAINE
15-21 DECEMBER



PORTER DANS LES TENEBRES HIVERNALES DES MONDES
LAS CLARTES DE L´ESPRIT,
C´EST L´ASPIRATION HEUREUSE DE MON COEUR.
LES GERMES LUMINEUX DEPOSES EN MON AME
AU FOND DE L´UNIVERS PLONGERONT DES RACINES,
ET LE VERBE DE DIEU, DANS LA NUIT DE MES SENS,
TRANSFIGURANT TOUT CE QUI EST, RETENTIRA.



R. STEINER       

El Ciclo del Año Como Camino de Iniciación.02.Introducción.

jueves, 13 de diciembre de 2012

EL ABETO, HERMOSO ARBOL, Cuento de Hans Christian Andersen






Allá en el bosque crecía un joven abeto. Tenía un buen sitio y disponía de sol y aire más que suficientes. En torno suyo crecían muchos compañeros mayores, abetos y pinos. Pero el pequeño abeto tenía mucha prisa por crecer. No pensaba en el sol tibio ni en el aire fresco, ni atendía a los niños de la aldea cuando pasaban charlando en busca de fresas o frambuesas. A veces venían con un canasto lleno o con fresas ensartadas en un junco, y se sentaban junto al arbolito y decían:
-¡Ah, qué bonito es!
Pero el árbol no quería oír nada de aquello.
Al año siguiente había crecido un buen tramo y al siguiente uno mayor aún; -y así siempre se puede saber los años que tiene un abeto si se cuentan sus tramos.
-¡Ah, si fuera grande como los otros árboles -suspiraba el arbolito-, y pudiera extender las ramas en torno mío y divisar con la copa el ancho mundo! Los pájaros anidarían en mis ramas y, cuando soplase el viento, movería mi copa con tanta solemnidad como ellos.
No disfrutaba con los rayos del sol, ni con los pájaros ni con las nubes rojas, que al amanecer y en el ocaso del día circulaban sobre él.
Cuando llegó el invierno y la blanca nieve centelleaba a su alrededor, venía corriendo con frecuencia una liebre y daba saltos sobre el arbolito; ¡oh, era tan fastidioso! Pero pasaron dos inviernos y al tercero, el árbol era tan grande que la liebre tuvo que correr alrededor suyo. Oh, crecer, crecer, hacerse grande y viejo era el único placer de este mundo, pensaba el árbol.
En otoño venían siempre los leñadores y cortaban algunos de los árboles más grandes. Pasaba cada año, y el joven abeto, que ya había crecido mucho, se estremecía al verlo, porque los grandes, espléndidos árboles, caían a tierra con un estrepitoso crujido. Les cortaban las ramas y parecían desnudos, largos y delgados; apenas si se les reconocía, pero eran colocados en los carros y los caballos los sacaban del bosque. ¿Adónde iban? ¿Qué destino les esperaba?
En primavera, cuando llegan la golondrina y la cigüeña, les preguntó el árbol:
-¿Sabéis adónde los llevan? ¿Os los habéis encontrado?
Las golondrinas no sabían nada, pero la cigüeña se quedó pensativa, afirmó con la cabeza y dijo:
-Sí, creo que sí. He encontrado muchos barcos nuevos cuando volaba a Egipto. Tenían magníficos mástiles; yo diría que eran ellos, olían a abeto. Puedo felicitarte efusivamente, pues... ¡con qué majestad se alzaban!
-¡Ah, si yo fuese lo suficientemente grande para volar sobre el mar! ¿Cómo es el mar? ¿A qué se parece?
-¡Bueno, es tan difícil de explicar! -dijo la cigüeña, y se marchó.
-Goza de tu juventud -dijeron los rayos del sol-. ¡Alégrate de tu nueva estatura, de la vida joven que hay en ti!
Y el viento besó el árbol y derramó lágrimas sobre él, pero el abeto no entendía.
Cuando se aproximaba la Navidad fueron cortados muchos árboles jóvenes, árboles que con frecuencia no eran mayores ni de más edad que este abeto, que no tenía paz ni sosiego sino que siempre quería marcharse. Estos jóvenes árboles, que eran precisamente los más hermosos, conservaban siempre sus ramas, eran colocados en los carros y los caballos los sacaban del bosque.
-¿Adónde irán? -se preguntaba el abeto-. No son mayores que yo, incluso hay uno que es más pequeño. ¿Por qué conservan todas sus ramas? ¿Adónde los llevan?
-¡Nosotros lo sabemos, nosotros lo sabemos! -piaron los gorriones-. Hemos estado mirando por las ventanas allá en la ciudad. ¡Nosotros sabemos dónde los llevan! ¡Oh!, les espera el esplendor y la gloria mayores que pueda imaginarse. Hemos mirado por las ventanas y hemos visto que los colocan en medio de confortables salones y los adornan con las cosas más preciosas, como manzanas doradas, bollos de miel, juguetes y cientos de luces.
-¿Y después? -preguntó el abeto, temblando con todas sus ramas-. ¿Y después? ¿Qué ocurre después?
-En realidad no hemos visto más, pero era maravilloso.
-¿Me tocará ir por este deslumbrante camino? -se regocijaba el árbol-. ¡Es mejor aún que cruzar el mar! Me muero de ganas de que llegue la Navidad. Ahora soy alto y ancho como los otros que se llevaron el año pasado. ¡Oh, si estuviera en el carro! ¡Si me encontrara ya en el confortable salón con toda brillantez y honor! ¿Y después? Sí, debe haber algo mejor, algo más hermoso, porque si no... ¿para qué habrían de adornarme de esta manera? Tiene que ocurrir algo más grande, más espléndoroso. ¿Pero qué? ¡Oh, cómo lo deseo! ¡Cómo lo ansío! Ni yo mismo sé lo que me ocurre.
-Disfrútame -dijeron el aire y el sol-. ¡Alégrate con tu fresca juventud al aire libre!
Pero no gozaba de nada; crecía y crecía, invierno y verano se mantenía verde, verde oscuro. Al verlo, la gente decía:
-¡Qué árbol más hermoso!
Y en Navidad fue el primero que cortaron. El hacha se hincó hondo en la madera. El árbol cayó a tierra con un gemido. Sintió un pesar, un desmayo, y dejó de tener pensamientos felices. Sintió pena de ser arrancado de su hogar, del lugar donde había crecido. Sabía que nunca volvería a ver a sus queridos compañeros, ni a los pequeños arbustos y flores que crecían en derredor suyo, y quizás ni siquiera a los pájaros. La marcha no tenía nada de agradable.
El árbol no volvió en sí hasta que, en el patio, descargado con los otros árboles, oyó decir a un hombre:
-¡Es espléndido! Elegimos éste.
Después vinieron unos criados totalmente uniformados y llevaron el abeto a un hermoso salón. En torno a sus paredes colgaban retratos, y junto a la gran estufa de porcelana había grandes jarrones chinos con leones en las tapas. Había mecedoras, sofás forrados de seda, grandes mesas llenas de libros con láminas y con juguetes por valor de cientos de coronas -por lo menos, así lo decían los niños-. Y el abeto fue plantado en una gran cuba llena de arena; pero nadie podía ver que era una cuba, porque la forraron con una tela verde y estaba colocada sobre una gran alfombra persa. ¡Cómo temblaba el árbol! ¿Qué iría a ocurrir? Tanto los criados como las señoritas de la casa vinieron a adornarlo. De las ramas colgaron pequeñas redes, recortadas de papel de colores; cada red estaba llena de caramelos; manzanas y nueces doradas colgaban como si hubiesen crecido allí y más de cien velitas rojas, azules y blancas fueron fijadas en las ramas. Muñecas que parecían vivas como si fueran personas -el árbol no había visto nunca nada igual- pendían de las ramas, y justo en la cima fue colocada una gran estrella de papel dorado. Todo aquello era esplendoroso.
-¡Esta noche! -decían todos-. ¡Esta noche estará deslumbrante!
«¡Oh -pensó el árbol-, ojalá fuese ya de noche y las luces estuvieran encendidas! ¿Y qué ocurrirá? ¿Vendrán los árboles del bosque a verme? ¿Vendrán volando los gorriones a la ventana? ¿Echaré raíces aquí y seguiré estando adornado durante el invierno y el verano?»
Ignoraba bastantes cosas, ¿no os parece? Y tenía verdadero dolor de corteza de pura ansiedad, y el dolor de corteza es tan malo para un árbol como el dolor de cabeza para nosotros.
Por fin encendieron las velas. Qué brillo, qué resplandor. El árbol temblaba con todas sus ramas, tanto que una de las velas prendió fuego a una de ellas. ¡Uf, lo que dolía!
-¡Dios mío! -gritaron las señoritas, y lo apagaron con rapidez.
Entonces el árbol ya no se atrevió a mover una hoja. ¡Oh, era horrible! Tenía tanto miedo de perder algo de su esplendor; estaba aturdido de tanto brillo y... de pronto, la puerta del salón se abrió de par en par y una multitud de niños se precipitó sobre él como si fuesen a derribarlo. Las personas mayores venían muy serias detrás; los pequeños estuvieron callados, pero sólo un instante, porque en seguida comenzaron a armar ruido de nuevo. Bailaron en torno al árbol y arrancaron un regalo tras otro.
«¿Qué es lo que están haciendo? -pensó el árbol-. ¿Qué va a ocurrir?» Y las velas se gastaron hasta llegar a las ramas y fueron apagadas cuando se consumieron, y entonces los niños obtuvieron permiso para despojar al árbol. ¡Ah!, se precipitaron sobre él, de modo que crujieron todas sus ramas; de no haber estado sujeto por la cima y la estrella de oro al techo, lo hubieran derribado.
Los niños bailaron alrededor con sus bonitos juguetes. Nadie se fijó más en el árbol excepto la vieja niñera, que fue a mirar entre las ramas, pero sólo para ver si no se había quedado olvidado algún higo o alguna manzana.
-¡Un cuento, un cuento! -gritaron los niños, empujando a un hombrecillo obeso hacia el árbol. Se sentó bajo él.
-Como si estuviésemos en el bosque -dijo-; al árbol le gustará también mucho oírlo. Pero contaré sólo un cuento. ¿Queréis oír el de Ivede-Avede, o el de Terrón Coscorrón, que se cayó por la escalera pero subió al trono y se casó con la princesa?
-¡Ivede-Avede! -gritaron unos-. ¡Terrón Coscorrón! -gritaron otros. Todo era un puro clamor y griterío; sólo el abeto se mantenía callado y pensaba:
«¿Tendré que intervenir en esto? ¿Tendré que hacer algo?»
Y claro está que había intervenido y había hecho cuanto tenía que hacer.
Y el hombre gordo contó el cuento de Terrón Coscorrón, que cayó por la escalera y, sin embargo, se sentó en el trono y se casó con la princesa. Y los niños aplaudieron y gritaron:
-¡Cuenta, cuenta! -porque querían también el de Ivede-Avede, pero tuvieron que conformarse con el de Terrón Coscorrón.
El abeto permanecía muy quieto y pensativo: nunca los pájaros del bosque habían contado cosas parecidas.
«Terrón Coscorrón cayó por la escalera y, sin embargo, se casó con la princesa. ¡Sí, sí, así pasa en el mundo! -pensó el abeto, convencido de que era verdad lo que aquel caballero tan fino había contado-. ¡Vaya, quién sabe, quizá me caiga yo también por la escalera y me case con una princesa!», y se regocijó al pensar que al día siguiente sería cubierto con velas y juguetes y frutas doradas.
«¡Mañana no temblaré! -pensó-. ¡Voy a disfrutar plenamente de todo mi esplendor! Mañana oiré de nuevo el cuento de Terrón Coscorrón y quizá el de Ivede-Avede», y el árbol permaneció en silencio y pensativo toda la noche.
Por la mañana entraron el criado y la criada.
«Ahora -pensó el árbol- comenzarán a adornarme de nuevo»; pero lo arrastraron por la sala y, escaleras arriba, lo metieron en el desván y allí lo dejaron, en un rincón oscuro, donde no llegaba luz alguna.
«¿Qué significará esto? -pensó el árbol-. ¿Qué tendré que hacer aquí? ¿Qué tendré que oír?»
Y se mantuvo contra la pared y pensó y pensó. Y tuvo mucho tiempo, porque pasaron días y noches. No subía nadie y cuando por fin vino alguien, fue para poner unas grandes cajas en un rincón. El árbol estaba muy escondido, se diría que había sido olvidado por completo.
«¡Ahora es invierno! -pensó el árbol-. La tierra está dura y cubierta de nieve, los hombres no pueden plantarme; por lo tanto tengo que estar aquí esperando hasta la primavera. ¡Qué bien pensado! ¡Qué inteligentes son los hombres! Si no estuviera esto tan oscuro y tan espantosamente solitario. Ni una pequeña liebre acierta a pasar. Era tan agradable allá en el bosque cuando había nieve y la liebre pasaba saltando. Sí, incluso cuando brincaba sobre mí, aunque no me gustara entonces. ¡Esta soledad es insoportable!»
-¡Pi, pi! -dijo justo entonces un ratoncito asomándose, y otro le siguió. Olisquearon el abeto y corretearon por entre sus ramas.
-¡Hace un frío horrible! -exclamó el ratoncito-. De no ser por eso se estaría muy bien aquí. ¿No es verdad, viejo abeto?
-¡Yo no soy viejo! -dijo el abeto-. ¡Hay muchos que son más viejos que yo!
-¿De dónde vienes? -preguntaron los ratones-. ¿Y qué sabes? (eran terriblemente curiosos). Háblanos del sitio más bonito de la tierra. ¿Has estado allí? ¿Has estado en la despensa, donde hay quesos en los estantes y los jamones cuelgan del techo, donde se baila sobre velas de sebo y se entra muy delgado y se sale gordo, gordo?
-No lo conozco -dijo el árbol-, pero conozco el bosque, donde brilla el sol y donde cantan los pájaros. Y entonces les contó detalles de su juventud. Los ratoncitos no habían oído nunca nada semejante. Escucharon con la boca abierta y dijeron:
-¡Oh, cuánto has visto! ¡Qué suerte has tenido!
-¿Yo? -dijo el abeto, y reflexionó sobre lo que había contado-. Sí, después de todo, fueron tiempos muy divertidos. Y les explicó lo de la Nochebuena, cuando había sido adornado con velas y dulces.
-¡Oh! -dijeron los ratones-. ¡Qué suerte has tenido, viejo abeto!
-¡Yo no soy viejo! -exclamó el árbol-. Os diré que, en este invierno en que he venido del bosque, me encontraba en plena juventud, apenas si había terminado de crecer.
-iQué bien lo cuentas! -dijeron los ratoncitos.
Y la noche siguiente vinieron con cuatro más, para oír al árbol contar su historia y cuanto más contaba, con mayor frecuencia se acordaba de todo y pensaba:
«A pesar de todo, fueron tiempos muy divertidos, que volverán. Terrón Coscorrón se cayó por la escalera y, sin embargo, se casó con la princesa. Quizá también yo me case con una».
Y entonces recordó a un gracioso abedul que crecía en el bosque y que, para el abeto, era una verdadera princesa.
-¿Quién es Terrón Coscorrón? -preguntaron los ratoncitos.
Y entonces el abeto les contó todo el cuento. Podía recordarlo palabra por palabra, y los ratoncitos estuvieron a punto de saltar hasta la cima del árbol de tanto como les divirtió.
La noche siguiente vinieron muchos ratones más y el domingo incluso dos ratas. Pero dijeron que el cuento no era nada divertido y esto puso muy tristes a los ratoncitos, porque entonces también ellos pensaron que no era una gran cosa.
-¿Y ése es el único cuento que sabes? -preguntaron las ratas.
-Sólo ése -respondió el árbol-. Lo oí contar durante mi noche más feliz, pero entonces no sabía lo feliz que era.
-¡Es un cuento malísimo! ¿No sabes ninguno sobre tocino y velas de sebo? ¿Ningún cuento de despensa?
-¡No! -dijo el árbol.
- Pues muchas gracias -contestaron las ratas y se volvieron a casa.
Al fin hasta los ratoncitos dejaron también de venir, y entonces el árbol suspiró:
-Pues era muy agradable ver sentados a mi alrededor a los traviesos ratoncitos, escuchando mis historias. ¡Ahora también se han ido! Aunque procuraré divertirme cuando vuelva a salir.
¿Pero cuándo iba a ocurrir aquello de volver a salir?
Pues sí, ocurrió una mañana en que vino gente y revolvió en el desván. Quitaron las cajas y sacaron el árbol; lo tiraron con pocos miramientos al suelo, pero en seguida un criado lo arrojó por la escalera donde había luz.
«¡Ahora comienza la vida de nuevo!», pensó el árbol. Sintió el aire libre, los primeros rayos del sol, y entonces se encontró en el patio. Todo ocurrió tan rápido que el árbol se olvidó de mirarse, tanto había que mirar alrededor. El patio daba a un jardín donde todo florecía. Las rosas colgaban frescas y fragantes sobre la barandilla, los tilos estaban en flor, y las golondrinas volaban y decían: «¡chuit, chuit, chuit, ha venido mi marido! », pero no se referían con ello al abeto.
-¡Ahora voy a vivir! -gritó lleno de alegría, alargando sus ramas.
¡Ay!, estaban todas secas y amarillas. Había caído en el rincón entre la maleza y las ortigas. La estrella de papel dorado estaba todavía en la cima y brillaba al sol espléndido.
En el patio jugaban algunos de los alegres niños que habían bailado en torno al árbol durante la Nochebuena y que tanto les había gustado. Uno de los pequeños corrió y arrancó la estrella de oro.
-¡Mira lo que todavía queda en el repugnante, viejo árbol de Navidad! -dijo, pisoteando las ramas, que crujieron bajo sus botas.
Y el árbol miró todo el esplendor de las flores y el frescor del jardín, se miró a sí mismo y deseó no haber salido de su oscuro rincón en el desván. Recordó su verde juventud en el bosque, la alegre Nochebuena y los ratoncitos que con tanto gusto habían oído el cuento de Terrón Coscorrón.

EL ABETO
DE  HANS CHRISTIAN AND

sábado, 8 de diciembre de 2012

MIKAELESPIRITUDELTIEMPO: NAVIDAD_ LAS NOCHES SANTAS_RUDOLF STEINER

MIKAELESPIRITUDELTIEMPO: NAVIDAD_ LAS NOCHES SANTAS_RUDOLF STEINER:   El 24 de Diciembre empiezan las 12 noches santas.   Las 12 noches santas son símbolos para las 12 fuerzas del alma que debemos hacer vi...

domingo, 2 de diciembre de 2012

CALENDARIO DEL ALMA, SEMAN T 35 DEL 1ERO AL 7 DE DICIEMBRE. R.STEINER








PINTURA  ADOLFO DE CAROLIS



CALENDARIO DEL ALMA
T TRIGESIMO QUINTA SEMANA
DEL 1ERO AL 7 DE DICIEMBRE

PUEDO YO OBTENER TENER EL CONOCIMIENTO
Y EN MI DE NUEVO PUEDA ENCONTRAR
EL ESFUERZO CREADOR PARA ELEVAR MI ALMA?
LA FUERZA, YO LA SIENTO, HOY ME HA SIDO DADA
PARA INTEGRAR, COMO UN SIMPLE MIEMBRO EN MI CUERPO,
EL YO QUE YO POSEO AL YO DEL UNIVERSO.

R. STEINER


CALENDRIER DE L’AME
T TRENTE CINQIEME SEMAINE
1ER 7 DECEMBRE
PUIS-JE DE CE QUI EST AVOIR LA CONNAISSANCE
TELLE EN MOI QU´A NOUVEAU JE PUISSE LE TROUVER
DANS L´EFFORT CREATEUR QUI SOULEVE MON AME?
LA FORCE, JE LE SENS, AUJOURD´HUI M´EST DONNEE
D´INTEGRER, COMME UN SIMPLE MEMBRE DANS SON CORPS,
LE MOI QUE JE POSSEDE AU MOI DE L´UNIVERS.

R. STEINER


CALENDARIO DEL ALMA


CALENDARIO DEL ALMA
T CUADRAGESIMA SEXTA SEMANA
DEL 16  AL 22 DE FEBRERO

CUANDO EL PODEROSO UNIVERSO AMENAZA CON ATURDIRME
LA FUERZA INNATA DEL ALMA HUMANA,
APARECE, COMO UN RECUERDO,
EL RESPLANDOR DE LAS PROFUNDIDADES DEL ESPÍRITU!
FORTALECE MI MIRADA
QUE NO PODRÍA MANTENERSE
POR LA VOLUNTAD SOLAMENTE.

R. STEINER


CALENDRIER DE L´AME

T QUARANTE SIXIEME SEMAINE
16 22 FEVRIER

QUAND D´ETOURDISSEMENT MENACE L´UNIVERS
LA FORCE INNEE EN L´AME HUMAINE,
APPARAIS, SOUVENIR,
ECLAT DES PROFONDEURS DE  L´ESPRIT MEME ISSU!
AFFERMIS MON REGARD
QUI NE SAURAIT SE MAINTENIR
QUE PAR LA SEULE VOLONTE.

R. STEINER

Villancicos populares de Granada - COROS Y DANZAS DE GRANADA